Este plato sólo tuve que verlo una vez para saber que quería probarlo. Nunca había comido aguacate asado, me encanta esta fruta, pero siempre la había comido en crudo. El resultado es muy bueno, tiene una presentación bonita y como queda la yema sin cuajar se mezcla con el sabor del aguacate y del salmón y está delicioso.
Ingredientes
- 2 aguacates
- 4 Lonchas de salmón ahumado
- 4 huevos
- Sal, pimienta y eneldo
Lo más difícil y más importante para que este plato nos salga bien es escoger unos buenos aguacates. Cuando los vamos a comprar suelen estar muy duros o muy blandos, cuando están verdes están duros, pero en unos pocos días, 3 ó 4 ya maduran y se ponen en su punto, así que mi consejo es comprarlos siempre unos días antes para que les de tiempo a madurar.
Abrimos los aguacates a la mitad, con un cuchillo hacemos un corte transversal, de manera que dividimos al aguacate en dos mitades simétricas, giramos una mitad con respecto a la otra y así liberamos medio aguacate, damos un golpe seco con el cuchillo en el hueso, giramos el cuchillo y retiramos el hueso.
El hueco que nos ha quedado dependerá del tamaño del hueso, si es muy pequeño con ayuda de una cuchara lo agrandamos un poco. Antes de colocar el resto y para evitar accidentes os aconsejo colocar las mitades de aguacate sobre algún molde para madalenas o algo así, para que no se nos vuelquen. Y el molde directamente sobre la bandeja del horno.
Sobre el hueco colocamos una loncha de salmón ahumado. Cascamos los huevos y los echamos en un bol, con una cuchara o con la mano limpia separamos la yema de la clara y la colocamos sobre el salmón ahumado, con la cuchara acomodaremos toda la cantidad que podamos de clara en el hueco restante. Echamos un poco de sal sobre la yema y un pimienta negra sobre todo el aguacate.
Metemos los aguacates al horno durante unos 20 minutos, una vez pasado el tiempo los sacamos del horno y espolvoreamos un poco de eneldo sobre los aguacates, si es fresco mejor, sino el seco nos vale. Hay que comerlos calientes.
Esta tarta es típica de Viena, sobre todo la que venden en el hotel Sacher, que es la original. Básicamente, esta tarta son dos capas de bizcocho de chocolate con una capa de mermelada de albaricoque en medio. Esta receta es de Eva Arguiñano y quedó muy buena.
Ingredientes:
- 175 gr de mantequilla
- 7 Huevos
- 175 gr de chocolate negro para postres (más una cucharada de cacao puro)
- 50 gr de almendras molidas
- 100 gr de harina
- Mermelada de albaricoque
*Para la cobertura
- 150 gr de chocolate negro para postres
- 50 g de mantequilla
- 4 cucharadas de nata líquida.
- Frambuesas para decorar (opcional)
Para comenzar derretimos la mantequilla, es mucho más fácil mezclarla bien cuando está derretida, se puede derretir en el microondas o en un cazo al fuego, en ambos casos con cuidado, sólo queremos derretirla, no calentarla.
Fundimos el chocolate y dejamos que temple un poco. Mientras tanto, en un bol batimos la mantequilla con el azúcar, incorporamos una a una las yemas de los huevos y seguimos batiendo hasta obtener una mezcla homogénea. Entonces incorporamos el chocolate fundido, también la harina y la almendra molida. (Yo además le eché una cucharada de cacao puro)
Montamos las claras a punto de nieve y las echamos sobre la mezcla anterior, este bizcocho no lleva levadura, así que hay que incorporar las claras con mucho cuidado para que no se bajen. Se puede utilizar una cuchara de madera o una lengua, y con movimientos envolventes desde arriba hacia abajo removemos todo bien, hasta que las claras queden completamente integradas en la masa.
Untamos un molde de base desmoldable, y apto para el horno con mantequilla, y espolvoreamos con harina. Vertemos la mezcla y horneamos a 180ºC durante unos 50 - 60 minutos, hay que tener cuidado para que no se queme la superficie del bizcocho. Una vez que pinchamos el bizcocho y sale el cuchillo (o con lo que sea que lo pinchemos) limpio. Lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar.
Cuando haya enfriado lo desmoldamos, lo cortamos a la mitad, para obtener dos capas. Sobre la base echamos la mermelada de albaricoque, (también se puede echar algo de almíbar o algún licor, yo eché un poquito de crema de orujo, sin pasarse) Cubrimos con la tapa de arriba.
En un cazo fundimos el chocolate de cobertura, añadimos la mantequilla y la nata y cuando esté todo bien fundido y mezclado lo echamos por encima de la tarta, distribuyéndolo con cuidado para que cubra toda la superficie. Para finalizar yo lo decoré con frambuesas, pero se puede utilizar azúcar glas, otras frutas o chocolate blanco.
Me encanta la quinoa y me gusta mucho el sabor fresco que da a las ensaladas añadirle unas hojas de menta, también la albahaca. A parte de lo que lleva si queréis hacer un plato más completo se le puede añadir algún fruto seco.
Ingredientes
- 250 gr de calabaza
- 160 gr de quinoa
- 800 ml Caldo vegetal (podéis utilizar un dado de caldo comprado, hacerlo en casa o utilizar simplemente agua)
- 1 limón
- 1 manojo de perejil
- 1 manojo de menta o hierbabuena
- 150 gr de queso feta
- 12 tomates cherry
- 1 granada (si es muy grande con media será suficiente)
- Aceite y sal
Comenzamos por pelar y cortar la calabaza en cuadraditos pequeños. Los colocamos en una bandeja apta para el horno y los horneamos durante unos 25 minutos a 180ºC, hasta que estén blanditos.
A parte cocemos la quinoa en el doble de volumen de caldo que de quinoa, lo tapamos y dejamos que se haga. Tanto si utilizamos agua como caldo, hay que echarle un poquito de sal. Esperamos a que se consuma todo el líquido y esté la quinoa bien hecha, unos 20 minutos.
Echamos la quinoa en un bol grande, le añadimos la ralladura de la cascara del limón y el zumo. Echamos un poco de aceite de oliva, la menta picada, el queso feta desmigado y los tomates partidos a la mitad. Cuando esté la calabaza hecha, la añadimos también. Por último solo echar las semillas de la granada y remover todo bien.
